Cuando una persona acaudalada fallece, no faltan los herederos reales o supuestos.
Todos quieren una parte del pastel. Piensan en las formas en las cuales, ese dinero mejorará sus vidas.
La humanidad ha construido otro tipo de riqueza y le tomó cientos de años.
Esta fortuna tiene el poder de mejorar las vidas de todos aquellos que la reclaman para sí.
Imagínalo: Una versión mejorada de ti y que por lo tanto produce mejores resultados materiales, sociales y espirituales.
En este tesoro hay varios arcones de valor incalculable.
Ahora te presento uno de ellos: Meditación.
Para poder obtenerlo solo existe 1 obstáculo: la ignorancia.
Si no sabes qué es la meditación, sus imp
resionantes beneficios, no conoces cómo practicarla correctamente, te parece aburrida o la consideras una práctica religiosa, estas en este grupo.
Producto de lo anterior es posible que pienses que meditar no es indispensable o que no lo necesitas, o que para meditar tienes que volverte monje.
Piensa de nuevo.
O mejor: No pienses, medita.
Primero lo primero: Concentrarse es una destreza catalogada como requisito previo de la meditación.
1) Practica enfocar tu atención en la respiración. Realiza los siguientes literales por 2 minutos cada uno.
a) Percibe cómo tu pecho sube y baja al respirar.
b) Escucha el sonido que produce el aire al entrar y salir de tu cuerpo,
c) Siente el paso del aire en tus fosas nasales.
Ahora practica el ejercicio anterior por lo menos 2 veces más. Descansa.
Has esto tan solo 3 veces al día por 3 días.
Suficiente por hoy. Pronto habrá más, mucho más.
Tu amigo:
Carol Farah