La educación tradicional se ha preocupado por enseñar conocimientos, enfatizando lo cognitivo con olvido de la dimensión socio-afectiva y emocional, tratando de cualificar al alumno para el mundo laboral pero no para la vida en general.
Eso construye una educación que puede desembocar en un comportamiento de mamífero intelectual, es decir, de animal humano, y no necesariamente de Ser Humano.