Entendida la conciencia como el talento, inteligencia, capacidad o aspecto psicológico del darse cuenta uno, independientemente de su actividad mental, ante todo, de sí mismo, se hace evidente que el primer paso que debemos dar en todo nuestro trabajo personal por el desarrollo de la conciencia del bien es saber ¿QUIÉN SOY YO?
En la definición lingüística, el SER es la esencia o naturaleza, lo más importante, lo más puro, con el conjunto de características necesarias e imprescindibles para que ese algo o alguien sea lo que es, referido especialmente a las creaciones dotadas de vida.
El SER ha sido una inquietud filosófica tanto de oriente (Lao-Tse, Wang Bi, Guo Xiang…) como de occidente (Parménides, Platón, Aristóteles, Heidegger…) considerándolo un algo trascendental, aquello que trasciende y rebasa todos los entes sin ser él mismo un ente, es decir, sin que ningún ente, por muy inmenso que sea o se presente, lo iguale. Dicho de otro modo: el SER desborda y supera dialécticamente el mundo de las formas. En teoría religiosa estaríamos hablando de DIOS.
El filósofo y físico Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), profesor de Filosofía en la McGill University de Montreal, Canadá, y premio Príncipe de Asturias en 1982, defiende la aplicación del método científico al campo de la reflexión filosófica para evitar lo que él considera especulaciones incomprensibles con frases que no significan nada y que se consideran filosofía. Como ejemplo pone a Martin Heidegger (1889, Messkirch - 1976, Friburgo de Brisgovia, Alemania) y su libro sobre El ser y el tiempo:
¿Y qué dice sobre el ser? "El ser es ello mismo". ¿Qué significa? ¡Nada! Pero la gente como no lo entiende piensa que debe ser algo muy profundo. Vea cómo define el tiempo: "Es la maduración de la temporalidad". ¿Qué significa eso? Las frases de Heidegger son las propias de un esquizofrénico[1].
Yo, como estudioso del mundo científico y del filosófico, comparto ese punto de vista de encontrar un espacio de conocimiento que integre tanto lo científico como lo filosófico pero, además, lo religioso y lo artístico, porque de momento abarcan las formas de conocimiento racional y emocional que engloban nuestro SER.
Esta búsqueda de ¿quién soy yo? significa precisamente encontrar el SER de uno mismo. La experiencia directa del Yo Soy como Real Ser, Íntimo, Dios en mí, o como se quiera llamar. Y desde la perspectiva del conocimiento como lo entiendo yo (arte, filosofía, ciencia y religión), no es ni una búsqueda racional ni una búsqueda emocional de algún tipo de cosa irreal, ni entelequia alguna, sino una búsqueda espiritual real entendiendo como espiritual la suma de todas esas características inmateriales más nobles que nos hacen sabernos seres vivos en la forma en que sólo los humanos somos capaces de hacerlo sobre nosotros mismos. Lo espiritual sería como la quintaesencia del propio SER, una experiencia íntima y personal, una especie de vivencia mística si se quiere ver así, una comunicación directa entre el ente que vivo mi vida diaria y el SER que soy en mi parte más divina, comunicándonos a través de la intuición o el éxtasis.
Precisamente, eso es lo que hace que en la Biblia encontremos a menudo la afirmación de Dios como “Yo Soy”. Recordemos el muy conocido episodio de Moisés y la zarza ardiente del monte Horeb:
Entonces Moisés planteó a Dios esta pregunta: «Si voy a los israelitas y les digo "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros", y ellos me preguntan: "¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?» Dios le dijo: «Yo soy el que soy» (Ex 3,13-14)
El versículo 14 nos ayuda a conocer el significado del nombre de Dios en hebreo con cuatro consonantes, el llamado tetragrama, yhwh, que lo pronunciaban, según las versiones bíblicas, como Yahvé o Jehová, asociándolo al verbo hebreo hayah, que significa “ser”, “existir”. Por respeto al nombre sagrado los judíos de la época no lo pronunciaron, sustituyéndolo con “Adonay” que significa “Señor”. Algunos autores hacen notar que el verbo hebreo hayah no designa una mera existencia sino una presencia viva y activa: Dios se revela como un Dios personal, (Dios de Abraham, Isaac, Jacob, Ex 3,6) continuamente presente en la historia junto al hombre. El nombre yhwh no es una definición filosófica de la esencia divina, sino más bien una descripción de su actuar en el mundo a través del ser humano, una enseñanza de que Dios está en cada ser viviente, que cada uno de nosotros, de alguna manera, tiene la esencia de Dios en su propio SER.
Y esa búsqueda espiritual del Ser Divino en nosotros mismos puede iniciarse desde nuestra propia humanidad cuando describo lo que yo soy desde la perspectiva de mis pensamientos, mis emociones y mis acciones. Estos tres componentes (pensamientos, emociones y acciones) se llaman:
a. Componente cognitivo. Es la toma de conciencia de cómo soy, y forma nuestro AUTOCONCEPTO
b Componente afectivo. Es el trato o afecto que me doy, y forma nuestra AUTOESTIMA
c. Componente conductual. Es el poder que me infundo para afrontar las situaciones de la vida, y forma nuestra AUTOCONFIANZA
Los seres humanos occidentales somos educados para usar nuestro pensamiento racional como una herramienta de juicio, es decir, como una herramienta que nos permite discernir, valorar y opinar. Ese uso racional del pensamiento nos induce a juzgar todo y a todos: clasificamos todo aquello sobre lo que pensamos juzgándolo como bueno o malo; bonito o feo; blanco o negro.
En la serie de National Geographic Channel ‘The Story of God’ Morgan Freeman se pregunta: ¿Los seres humanos somos intrínsecamente buenos o intrínsecamente malos? con ese análisis racional occidental que caracteriza la educación de nuestro entorno. Una vez más yo pensé lo que siempre pienso: ¿Por qué ‘bueno’ o ‘’malo’? ¿Por qué no simplemente neutro?
En muchos de mis talleres y conferencias les relato un hecho natural a los asistentes a modo de metáfora para que reflexionen sobre estos juicios de valor con los que hacemos a las cosas y a las personas ‘buenas’ o ‘malas’: supongamos que una leona sale a cazar y mata una gacela que tiene crías; evidentemente, estas crías morirán. Ahora, supongamos que la leona no es capaz de cazar gacelas porque estas se escapan con su velocidad y la leona no puede alimentar a sus cachorros, que se morirán de hambre. ¿Qué es lo ‘bueno’ o lo ‘malo’ en esta situación? ¿Qué se mueran los hijos de quién? Esa es una ley de la naturaleza: comer y ser comidos. No es ni buena ni mala. Nosotros, con nuestro pensamiento racional, le ponemos valor de bueno o malo. De modo que, insisto, no debemos creer que los seres humanos somos intrínsecamente buenos o malos. Nuestras creencias, nuestra cultura y nuestro condicionamiento social nos inducen a poner color a lo que percibimos...
Es más complicado analizar la gran traición al nazareno considerando únicamente los cuatro Evangelios canónicos sin tener en cuenta también los Evangelios gnósticos que el catolicismo rechaza como herejes.
Hace ya prácticamente un año que no escribo en el blog. He estado dedicado a la construcción de nuevos Talleres y, sobre todo, un curso de Coaching Espiritual Gnóstico, que han ocupado todo mi tiempo, junto con las tareas ordinarias de reuniones online, personales y colectivas, además de conferencias y talleres que realizo como líder gnóstico y como profesional de Desarrollo Humano en diferentes ciudades. La cooperación de mi esposa Flor ha sido invaluable en el desarrollo de la parte práctica y dinámica de esos Talleres.
Para reiterarlo una vez más, en un sentido genérico, el DESARROLLO HUMANO lo he planteado como la adquisición de parte de los individuos, comunidades e instituciones, de la capacidad de participar efectivamente en la construcción de una civilización mundial que sea próspera tanto en un sentido material como espiritualmente; también debo decir que el DESARROLLO HUMANO, en el sentido que utilizo el término, sólo es posible cuando el individuo (yo como persona) logra un conocimiento más profundo de sí mismo, es decir, no tanto de forma externa como de sí mismo en el sentido psicológico, para erradicar de sus pensamientos y emociones aquellas respuestas no humanizadoras que surgen en la interrelación con el medio.
No me cansaré de repetir, porque es fundamental entenderlo, que el DESARROLLO HUMANO se centra en el DESARROLLO DE LA CONCIENCIA y los comportamientos que ese desarrollo produce en la persona..
Es más complicado analizar la gran traición al nazareno considerando únicamente los cuatro Evangelios canónicos sin tener en cuenta también los Evangelios gnósticos que el catolicismo rechaza como herejes.
Poco podemos añadir al demoledor discurso que Emma Watson pronunció en la sede central de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York. Os invitamos a leerlo y reflexionar sobre la necesidad de unir fuerzas para acabar con la desigualdad entre sexos.
DISCURSO COMPLETO:
“Hoy lanzamos la campaña HeForShe. Me dirijo a vosotros porque necesito vuestra ayuda. Debemos intentar movilizar al mayor número posible de hombres y jóvenes para que sean defensores del cambio. No sólo queremos hablar de ello. Queremos intentarlo y asegurarnos de que es tangible...
Para empezar diré que JESÚS, un judío ferviente, predica la libertad individual puesta al servicio de nuestros semejantes; en sus enseñanzas en la sinagoga de Nazaret, leyendo un pasaje de Isaías que dice: << […] anunciar a los cautivos la liberación […] a dar la libertad a los oprimidos>> afirma rotundamente que «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír” (Lucas 4: 16-21). Este es considerado por los teólogos uno de los aspectos esenciales del evangelio de la salvación: el camino espiritual propuesto por Jesús es camino de liberación; que yo entiendo como liberarse del propio “ego”[1] y todas las amarras y ataduras a las que nos somete la egolatría, para ser capaces de amar a nuestros semejantes libres de condicionamientos, cual médico que cura a sus pacientes sin preguntarle sus creencias o antecedentes en lo que no sea concerniente a su salud. Y solo cuando nos liberemos del yugo de nuestro ego, nuestro ‘satán’ personal, solo entonces conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres (Juan 8-32).
El Crecimiento Personal implica un cambio cultural innovador de sí mismo, por tanto un proceso de aprendizaje, en el cual debemos considerar tres factores claves para la construcción de esa cultura innovadora. No son los únicos factores a tener en cuenta, pero sí son lo suficientemente determinantes ante cualquier pretensión de Crecimiento Personal como para tenerlos siempre en cuenta. El primer factor es nuestra VISIÓN. La visión personal de futuro es algo por lo que vale la pena trabajar duro. ¿Qué es lo que quieres? Saber responder a esta pregunta es fundamental si en verdad de verdad quieres lograr un Crecimiento Personal. Lo verdaderamente relevante de tu visión personal no es tanto su contenido, sino lo que logra, la movilización de energías que puede provocar en tu vida para alcanzarla, porque si sabes lo que quieres fijas tu atención y centras tus pensamientos en el logro de tu meta. Esta aspiración de futuro debe ser los suficientemente ambiciosa, audaz, importante y alcanzable, que busque un logro diferenciador respecto de nuestra realidad actual....
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